Los libros de JOHN STACK
John Stack nació en Irlanda en 1972. Su primera novela «Ship of Rome» fue publicada en enero de 2009, llegando a estar incluida en la lista de los libros más vendidos del Sunday Times. Posteriormente publicó otras dos novelas «Captain of Rome» y «Master of Rome», que completaron la trilogía Master of the Sea. En el 2012 publicó su cuarto libro, sobre la Armada Invencible española. Al castellano se han traducido sus dos primeras novelas, «Galera de Roma» y «Capitán de Roma«, publicadas por la editorial Edhasa.
Nací en la ciudad de Youghal, no lejos de la ciudad de Cork, en la costa sur de Irlanda. Es una ciudad antigua; se cree que los vikingos utilizaron su puerto como base de operaciones, y el explorador y corsario Sir Walter Raleigh tenía una casa allí en el siglo XVI. Crecer junto al mar, en una ciudad histórica, tuvo una gran influencia en mi forma de escribir. Tengo una licenciatura en lengua italiana y un gran interés en la historia de Italia, tanto antigua como moderna. Siempre quise escribir, pero nunca pude encontrar tiempo para ello (estoy casado y tengo tres hijos). Sin embargo, tras ser despedido de mi empleo tras diez años de trabajo, me decidí a cumplir mi deseo y escribí mi primera novela, «Galera de Roma«.
Las primeras novelas que leí eran novelas históricas y entre mis favoritas de siempre se encuentran «Cuando comen los leones» de Wilbur Smith (Editorial Booket) y «Shogun» de James Clavell (Editorial Punto de Lectura). Mi interés se extendió a los libros de Historia, hasta que la lectura de «Las Guerras Púnicas» de Adrian Goldsworthy (Editorial Ariel) me embarcó en la idea central de «Galera de Roma».
Antes de la Primera Guerra Púnica, los cartagineses habían desarrollado un impresionante ejército naval durante muchas generaciones y, aunque los romanos mantenían su ventaja en tierra, su marina era prácticamente inexistente, una flota costera utilizada sólo para la caza de piratas. Con los cartagineses controlando las rutas marítimas, Sicilia estaba fuera del alcance de Roma. Todo eso cambió con la introducción de la rampa de asalto corvus, un dispositivo simple pero brillante que permitió a los romanos desplegar a los entrenados soldados de infantería en el mar. Fue un invento que, en última instancia decidió las primeras etapas de la guerra y permitió a los romanos desarrollar su experiencia hasta el punto de poder desafiar a los cartagineses en alta mar. A pesar de su importancia, sin embargo desconocemos al inventor del corvus, aunque mis teorías apuntan a hombres ordinarios, socialmente insignificantes. Este hombre, este soldado o marinero olvidado, en esencia salvó la campaña de Roma en Sicilia en un momento en que la armada cartaginesa debería haber barrido a la armada romana de los mares.Los detalles de la Primera Guerra Púnica son bien conocidos, pero yo estaba más interesado en los soldados anónimos de a pie, tratando de imaginar las condiciones en que vivían y lo que les impulsaba a luchar. Escribir «Galera de Roma» fue una gran forma de explorar esos temas, ver la historia a través de los ojos de hombres olvidados, revivir sus triunfos y fracasos y descubrir cómo hombres ordinarios hacen cosas extraordinarias para dar forma al curso de la historia y el destino de los Imperios.
Me encanta escribir escenas de batallas. Comienzo con el esqueleto de la secuencia en mi mente, que sobrevivirá, que prevalecerá, pero una vez que empiezo a escribir las escenas de las batallas éstas toman vida propia, los combates individuales, los momentos cruciales que deciden el desenlace. Según se intensifica la batalla siempre descubro que ¡no puedo escribir al mismo ritmo al que se desarrolla la acción!Para la investigación me ciño sobre todo a los textos académicos de los especialistas que han estudiado el tema en detalle. Los libros clásicos requieren cierta disciplina para su lectura, ya que pueden ser bastante túrgidos, y me parece que los escritores académicos históricos contemporáneos utilizan un enfoque más narrativo y son, por lo tanto, más fáciles de estudiar. El rigor histórico es muy importante para mí. Aunque a veces el ritmo narrativo requiere un giro un poco retorcido de los acontecimientos, siempre trato de mantenerme lo más cerca posible de la realidad histórica.
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